¿Sabías que la vida comenzó en el mar hace mas de 4,500 millones de años? Todos los organismos que actualmente conocemos tuvieron sus orígenes en el agua y a lo largo de los años han ido cambiando y conquistando distintos entornos naturales. Incluso las plantas que tenemos en las macetas de nuestra casa y los grandes árboles sagrados de los Mayas tuvieron su origen en las algas que comenzaron su historia de vida en el agua, parece increíble, ¿no?

Pero, ¿por qué los organismos son tan diversos? Pues bien, físicamente vemos claras diferencias entre las mismas  plantas y entre éstas y los animales; sin embargo, si ajustamos más la lente podemos adentrarnos en un mundo microscópico y molecular donde los genes son los que gobiernan. Ellos son los que dictan desde el principio de nuestra historia evolutiva quien es planta, quien es animal, quien es bacteria, quien es humano y así sucesivamente hasta generar toda la biodiversidad.

De igual manera, los genes brindaron las armas necesarias para que los organismos pudieran vivir en el ecosistema que lograron colonizar, aunque algunos murieron en el intento, otros si lo lograron y fueron capaces de continuar desarrollándose hasta crecer y tener descendencia.

Es entonces como todas las plantas forman al gran reino vegetal, en donde diversos estudios filogenéticos han demostrado que las plantas terrestres vasculares descienden de las algas, pero entre estas existen amigos en común: los musgos.

Los musgos pertenecen al filum Briofita, son plantas no vasculares es decir, no tienen un sistema compuesto por xilema y floema, no desarrollan tallos, hojas ni raíces tan complejos como las plantas consideradas como superiores.

Además, desde un punto de vista genético y molecular, los musgos, tomaron las mejores características de las plantas superiores y de las algas y formaron su propio club. Estos generaron la tolerancia para poder vivir fuera del agua y tolerar la mayor cantidad de radiación solar, así como también, cuando el hambre apretaba, fueron capaces de sobrevivir con los nutrientes mínimos necesarios.

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De manera natural, los musgos viven en zonas expuestas a altas cantidades de luz solar, demostrándose en experimentos realizados en laboratorio que pueden tolerar hasta 16 horas de radiación UV-B sin presentar daño alguno y luego de 24horas comienzan a activar maquinarias moleculares de reparación y amortiguación. Por otro lado, no necesitan estar cerca del agua para crecer, pues pueden estar meses sin ella llegando incluso a perder hasta el 90% del vital líquido, volviendo a su metabolismo basal y retrasando algunas funciones como la reproducción y el crecimiento; sin embargo, con las primeras gotas de lluvia que le caen o después de dos horas de exposición al agua reactiva sus funciones.

Por otro lado, cuando el clima cambia, e incapaces para desplazarse, sus genes les confirieron el poder de dormir por largos periodos para que, cuando el clima fuera favorable de nuevo, pudieran despertar y continuar con su vida como si nada hubiera pasado. Esto es posible saberlo porque en el 2014 un grupo de científicos publicaron un trabajo en el se anunciaba el descubrimiento de un musgo (Chorisodontium aciphyllum) en la Antártida con mas de 1500 años de antigüedad, el cual al ser llevado a condiciones controladas de laboratorio pudo volver a activar su metabolismo normal.

En el mundo, los musgos se encuentran clasificados en 12,800 especies y en México se han identificado 984, distribuidas a lo largo del país. Las principales investigaciones que se han hecho sobre ellos son para encontrar aquellos genes que les ayudan a sobrevivir, también son de gran utilidad para rastrear la historia evolutiva de la tierra, y recientemente se están utilizando para producir vacunas. En este último aspecto se les considera como biofábricas, pues otras características importantes de los musgos son su ciclo de vida corto, haploide y sus altas tasas de recombinación homóloga… dicho en palabras sencillas, los científicos pueden hacerlo crecer de manera rápida, sencilla, y evitar que llegue a su etapa adulta para poder producir determinada sustancia.

Y es ahí en donde radica la importancia para estudiar a estos organismos tan peculiares, ya que han demostrado ser más fuertes que otras plantas y tener capacidades especiales. El trabajo de los científicos, es descubrir a los supergenes que poseen los musgos y compartirlos a otras plantas de interés agrícola y comercial como la papa, el maíz, el jitomate, entre otras para que estas sean igual de fuertes y los seres humanos en todo el mundo podamos seguir consumiéndolas.