Por: MVZ. Valentina Medina Barrera, MVZ. MSc. PhD. Pedro Geraldo González Pech

La problemática

Tener un carnívoro pequeño y juguetón, como el gato doméstico, no debería ser una amenaza para nadie. Sin embargo, esta mascota es responsable del 2 al 50% de los ataques por animales en todo el mundo (OMS, 2018). La situación también puede perjudicar al gato, ya que una mascota que muerde o raSguña puede ser considerada indeseable provocando que su dueño le abandone o incluso lo duerma (sacrifique). Suena exagerado pero considere que una mordida recibida o un arañazo del gato puede transmitir enfermedades (zoonosis), algunas potencialmente mortales, como la rabia (De Lima et al., 2023) ¿Qué pasa con los gatos en Yucatán?, ¿son realmente culpables al morder y arañar a las personas? Queríamos saber más de esta problemática en Yucatán.

 

Lo que hicimos y cómo lo hicimos

Nos propusimos explorar las características de los gatos considerados como agresivos por sus dueños y en qué contexto ocurren dichos ataques. Las herramientas epidemiológicas que utilizamos nos indicaron que necesitábamos información de al menos 140 gatos para ser considerado un estudio serio. Por lo tanto diseñamos una encuesta y la difundimos via redes sociales, recabando datos de 154 gatos. 

La encuesta se restringió a la Península de Yucatán, y fue dirigida únicamente a propietarios de gatos domiciliados. Es decir, se excluyó en el estudio información de gatos callejeros, gatos en proceso de adopción o recién adoptados, de albergues, enfermos o recién operados. Las preguntas trataban sobre: a) si el dueño percibe a su gato como agresivo o si recordaba algún mordisco/arañazo en los últimos tres meses; b) las características del gato como el color, raza, edad; c) cuándo ocurrió el ataque, por ejemplo al dar comida, al acariciarlo o jugar con él; d) el trato que se le da a la mascota, si tiene juguetes, areneros, si hay otras mascotas, etc.

Lo que encontramos

Las implicaciones científicas del trabajo se publicaron en la revista Pet Behaviour Science (Medina y González, 2023) en idioma inglés, explicamos aquí solo tres de los principales hallazgos buscando contribuir al acceso universal al conocimiento.

 Primero. Sí es frecuente que esta mascota reparta mordidas y arañazos, pues 41% (63 de 154) de los gatos lo hicieron. La mayoría de los ataques fueron a gente adulta y a otras mascotas como perros o aves (71.3%), mientras que pocos ataques fueron exclusivamente hacia otros gatos (17.5%), hacia otros animales (6.3%), hacia niños (3.2%) o adolescentes (1.6%). 

Figura 1. Arañazos y mordiscos de severidad moderada a grave con sangrado, foto: P. Maldonado

En la mayoría de los casos, la gente recibió daño (arañazos y mordiscos) de ligero a moderado (68%) y en menor frecuencia daño ligero (11%). Sin embargo, 5% de la gente recibió daños fuertes que provocaron sangrado. En 16% de los casos, los encuestados no reportaron el tipo de daño.  Es necesario que todos pongamos atención a esta situación ya que, aun si el gato está sano, puede transmitir involuntariamente alguna bacteria, como la Bartonella, que ocasiona en las personas la “Enfermedad del arañazo” generando inflamación en la piel, ganglios, hígado, bazo y cerebro, por lo que puede requerir hospitalización durante semanas o meses (Chomel, 2000) y el tratamiento es costoso (Nelson et al., 2016). Esta enfermedad es mortal para la gente en el 10% de los casos, pero puede aumentar hasta 80% si la bacteria Salmonella está presente (Blanco y Raoult, 2005); como no hay vacuna disponible para gatos (CDC, 2020), la única manera de prevenir dicha enfermedad es evitar ser mordido o arañado por gatos.  

Segundo. El gato sí es inocente, solo actúa en defensa propia. Encontramos que solo 1.6% de los ataques fueron espontáneos, en los que el gato actuó sin ninguna razón aparente. En tanto que en la mayoría de los casos (84.1%), una persona u otro animal se encontraba interactuando o manipulando al gato, es decir, se buscó contacto con el gato y por alguna razón dicho encuentro culminó con un arañazo o mordisco para la persona. 

Figura 2. Ejemplo de lenguaje corporal de un gato expresando incomodidad, orejas gachas, pupilas dilatadas, nariz arrugada, bigotes erizados y exposición de colmillos acompañado de vocalizaciones, foto: P. Maldonado

Dato revelador: en un 62% de los casos el gato avisó con maullidos, gritos, gisseos o bufidos (sonido como gsss y como pff pff), en 33% avisó sin maullidos pero con los pelos y/o cola erizados, orejas aplanadas, movimientos rápidos de la cola, y un 5% con todo lo anterior. Es decir, el gato es honesto: siempre avisa que va a atacar.  


También se encontró que los gatos más jóvenes, de menos de dos años, tienen hasta 32 veces más probabilidad de ser los que rasguñen o muerdan comparados con los gatos de mayor edad. Al parecer, es la interacción con las personas lo que activa en los gatos defenderse conforme su naturaleza lo indica, maullidos de advertencia, pelos erizados, arañazos y mordidas: todas son conductas normales en los gatos. En nuestro estudio se confirmó que la principal causa de la agresión del gato a las personas son las personas mismas como también lo han señalado otros estudios (Alabert et al., 2017; Palacio et al., 2007). 

 

Tercero. ¿Amor tóxico hacia los gatos? Como mencionamos antes, la gente parece ignorar deliberadamente las advertencias de su mascota, ya que en más de la mitad de los ataques, los gatos avisaron con maullidos o con su lenguaje corporal. También las personas minimizan el daño recibido. Nuestros resultados mostraron que el 76% de los propietarios consideraron que las lesiones no requirieron tratamiento médico, sin embargo, un 24% reportó tratar las heridas en la casa. Además, un 5% de personas que consideraban a su gato como no agresivo, al rememorar si hubo algún arañazo en los últimos 3 meses, se percataron de que en realidad su gato sí les había lesionado. El conjunto de estos resultados confirman, al igual que otros estudios, la normalización de la agresión recibida (Franck et al., 2022), es decir, para muchos propietarios de gatos, es normal que la mascota los muerda y/o arañe.

 

Para terminar

Es normal la preferencia de las personas hacia los gatos, pues cuando la interacción es apropiada estos animales pueden ser excelentes mascotas. Tanto es así, que han sido usados como parte de la terapia en ciertos padecimientos de personas mayores y niños (Tomaszewska et al., 2017). Sin embargo, no es normal sufrir agresiones al convivir con nuestras mascotas. Los dueños que provocan o permiten que su gato los agreda, sin querer están reforzando dicha conducta en sus animales (Denenberg, 2021).

Necesitamos educar a las personas para respetar el espacio del gato, para conocer su lenguaje vocal y corporal cuando nos advierten su incomodidad, para evitar y no permitir ser agredido, para convivir mejor con el gato.

Referencias
Alabert S, Pineda S, Olivares A, Ibáñez M. 2017. Ansiedad generalizada y agresividad intraespecífica en gatos; descripción de caso clínico. Revista Complutense de Ciencias Veterinarias 11:17-26 https://doi.org/10.5209/RCCV.56541 Blanco JR, Raoult D. 2005. Enfermedades producidas por Bartonella. Enfermedades Infecciosas Microbiología Clínica 23:313-320 CDC Centers for Disease Control and Prevention. 2000. Bartonella infections for Veterinarians. https://www.cdc.gov/bartonella/veterinarians/index.html Chomel BB. 2000. Cat-scratch disease. Revue Scientifique et Technique (International Office of Epizootics) 19(1):136-150 https://doi.org/ 10.20506/rst.19.1.1204 De Lima JS, Mori E, Kmetiuk LB, Biondo LM, Brandao PE, Biondo AW, Maiorka PC. 2023. Cat rabies in Brazil: a growing One Health concern. Frontiers Public Health 11(1):  https://doi.org/10.3389/fpubh.2023.1210203 Denenberg S. 2021. Problem behaviours and management in cats and dogs. In Small Animal Veterinary Psychiatry 169-179, Ed. S. Denenberg. Gloucester: CABI https://doi.org/ 10.1079/9781786394552.0010 Franck K, Paz J, Costa E, Da Costa F. 2022. Human-cat emotional closeness and unacceptable behavior in cats: A Brazilian perspective. Journal of Veterinary Behavior 52-53: 50-54 https://doi.org/10.1016/j.jveb.2022.05.003 Medina-Barrera V, González-Pech PG. 2023. Cat attacks towards people and/or animals, an educational pending task on pet’s owners? Pet Behavior Science 12(1): 22-34 https://doi.org/10.21071/pbs.vi14.15597 Nelson CA, Saha S, Mead PS. 2016. Cat-scratch disease in the United States, 2015-2013. Emerging Infectious Diseases 22(10):1741-1746 https://doi.org/10.3201/eid2210.160115 OMS Organización Mundial de la Salud. 2018. Animal bites, key facts  https://www.who.int/news-room/fact-sheets/detail/animal-bites consultado el 15 feb 2024 Palacio J, León-Artozqui M, Pastor-Villalba E, Carrera-Martín F, García-Belenguer S. 2007. Incidence of and risk for cat bites: a first step in prevention and treatment of feline aggression. Journal of Feline Medicine and Surgery 9:188-195 htts://doi.org/ 10.1016/j.jfms.2006.11.001

Tomaszewska K, Bomert I, Wilkiewicz-Wawro E. 2017. Feline-assisted therapy: Integrating contact with cats into treatment plans. Polish Annals of Medicine 24(2): 283-286 https://doi.org/10.1080/07317115.2019.1650863