El 8 de marzo de cada año, desde 1975, se conmemora la lucha de muchos movimientos sociales en contra de la violencia, la opresión y la desigualdad hacia las mujeres. Es una fecha que nos permite reflexionar sobre los cambios que se han realizado, lo que queda por cambiar y recordar a todas las mujeres que han contribuido a esta lucha de varias formas.

A lo largo de la historia muchos de los logros y avances importantes en la ciencia, lo político y cultural realizados por mujeres han sido invisibilizados u olvidados. La investigadora Gerda Lerner menciona que la historia tradicional, que es escrita e interpretada por hombres, fija a las mujeres en la marginalidad. Cuando en realidad, ellas han sido personajes centrales en la construcción del Estado, la civilización, la comunidad, y a la luz solo salen las proezas de los hombres, en los negocios, la guerra y la política.¹

En Yucatán, considerado una de las cunas del feminismo en México, existen nombres olvidados o no tan recordados por la memoria colectiva. Como es el caso de las mujeres yucatecas, en particular las feministas, que lucharon por emancipar a otras mujeres y a exigir sus derechos. Es por eso, que recordamos a Rita Cetina Gutiérrez maestra, poetisa, y escritora yucateca que sentó las bases del movimiento feminista en Yucatán. 

Un poco de la historia de Rita

Rita Cetina Gutiérrez, nacida el 22 de mayo de 1846 en Mérida, Yucatán es la creadora de una sociedad literaria que se encargaba de editar lo que fue la primera revista en México escrita exclusivamente por mujeres, y fundar escuelas para niñas y jóvenes: una particular de bellas artes para señoritas de élite y otra gratuita de primeras letras  para niñas pobres. Acompañada también de las maestras y poetisas Gertrudis Tenorio Zavala y Cristina Farfán. La sociedad, la revista y las escuelas llevaban el nombre de La Siempreviva. 

La escuela de La Siempreviva inició con 60 estudiantes inscritas. Rita, Gertrudis y Cristina diseñaron un programa para nivel básico que incluía las materias de lectura, escritura, costura, gramática y aritmética. Para el nivel superior, se impartían clases de geometría, geografía, derecho constitucional, astronomía, música y oratoria. En 1902, año en que Rita Cetina se retiró por motivos de salud, contaba con 550 estudiantes.

La revista se publicó de forma quincenal por dos años, sumando un total de 43 números. Solo tenía cuatro páginas impresas a dos columnas y abordaba temas sobre la educación de la mujer y la familia, poesías y traducciones de clásicos en francés. La mayoría de los textos eran escritos por las fundadoras, entre otras colaboradoras. Para Rita era importante que otras mujeres también se atrevieran a escribir, es por eso que se usaban seudónimos en la revista, los seudónimos de Rita eran Cristabela y L***. 

En general, la literatura de Rita hace referencia a la ciencia, y usa frases como “templo de ciencia, y “ciencia hermosa”, también, al progreso y a la educación de la mujer para “verla libre de las preocupaciones que sin cesar la circundan, haciéndola vivir en la ignorancia y constituyéndola por lo tanto en un ser excesivamente desgraciado”. En el caso de su poesía “A nuestro sexo”, publicada en el primer número de La Siempreviva “utiliza el argumento de la educación como elemento de identidad de las mujeres, llamándolas a ‘la hermandad para vencer la ignorancia’”.²

Un dato curioso de Rita, que no es muy conocido, es que fue una de las primeras mujeres que escribió el género de novela en nuestro país. Fue emitiendo entregas de su obra en la revista La Siempreviva, como se hacía en su época. El nombre de la novela se llama Julia, y fue dedicada a Adelaida Carrerá de la Fuente, que en ese entonces era secretaria de la Sociedad y colaboradora de la revista en donde hacía traducciones de inglés y francés.³

La vida de Rita también era diferente a la mayoría de las mujeres de la época, porque al publicar sus trabajos en revistas y periódicos locales y nacionales, y al ser leída por otras mujeres que eran influenciadas por sus pensamientos que concordaban con sus ideas, le permitía tener independencia económica, en una etapa en donde las mujeres dependían generalmente de sus esposos. Además, Rita no estaba casada, y aunque tuvo un hijo, este fue registrado con sus apellidos. 

Rita Cetina Gutiérrez falleció el 11 de octubre de 1908, y algunos datos de su biografía dicen que murió pobre, porque al retirarse del Instituto de niñas no tenía otro ingreso más que la renta de una casa en Progreso. En una carta del gobernador Olegario Molina en 1905, este responde a la petición de Rita en la que solicitaba un socorro de 100 pesos.  En ese momento no existía la jubilación, y tampoco el apoyo permanente para la maestra, que había dado 18 años de servicio a la educación pública y 14 años de educación privada. Aun cuando Yucatán gozaba de una enorme riqueza debido al comercio del “oro verde” (henequén).

El legado histórico  

La vida y obra de Rita fue la fuente de inspiración para muchas de sus alumnas, como en el caso de la maestra y feminista Consuelo Zavala. Además, a partir de la publicación de la revista comenzaron a haber profesoras en la Escuela de Jurisprudencia y en la de Medicina que eran abiertamente feministas. Y entre 1910 y 1915, ocho estudiantes de la Escuela de Derecho presentaron tesis sobre el divorcio y la emancipación jurídica de las mujeres.4

Pero el impacto más grande que tuvo la Siempreviva fue en las maestras egresadas del Instituto, con el Primer Congreso Feminista de 1916. Y en Elvia Carrillo Puerto cuando fundó en 1919 la liga feminista llamada “Rita Cetina Gutiérrez”, donde participaron ex alumnas de Rita, como Rosa Torre, Raquel Dzib, Gloria Mireya Rosado, Susana Betancourt, Nelly Aznar y Eusebia Pérez. El lema de la liga era “Instrucción, Progreso y Derechos de las Mujeres” y su principal objetivo era el sufragio, entre otros de carácter social y económico.

Es así como La Siempreviva tanto la sociedad, las escuelas y la revista, fue un fuerte impulso para que muchas mujeres pudieran expresarse, publicar sus obras literarias y adquirir conocimientos que solo estaban destinados a la gente de clase alta y a hombres. Además de ser un catalizador que contribuyó a la creación de grandes liderazgos históricos como el de Elvia Carrillo Puerto. 

Tal vez una de las mejores formas de inspirarnos para seguir luchando es recordando a las precursoras del feminismo, impidiendo que queden en el olvido todos sus logros y sus avances. Como menciona la antropóloga feminista Marcela Lagarde, hay muchas mujeres que nos han antecedido y podemos aprender de ellas, conocer las historias de las lideresas y difundirlas. Pero también es necesario comenzar con lo cotidiano, conocer realmente quienes son nuestras ancestras, las mujeres de nuestra familia, saber de dónde venimos, para así tener un punto de referencia para nuestro presente y futuro.5

Referencias

[1] Lerner, Gerda (1990). La creación del patriarcado. Traducción de Mónica Tusell. Barcelona: Crítica. Recuperado de: https://www.antimilitaristas.org/IMG/pdf/la_creacion_del_patriarcado_-_gerda_lerner-2.pdf

[2] Peniche, Piedad (2015) Rita Cetina, La Siempreviva y el Instituto Literario de Niñas: una cuna del feminismo mexicano 1846-1908. Recuperado de: https://inehrm.gob.mx/work/models/inehrm/Resource/1484/1/images/RitaCetina.pdf

[3] López Ramírez, Claudia Adriana (2017). La autobiografía lírica de Rita Cetina Gutiérrez, escritora mexicana del siglo decimonono.  En Milagro Martín Clavijo (coord.), Escrituras autobiográficas y canon literario. Sevilla: Benilde. Recuperado de:  http://editorial.benilde.org/libros-descargables/

[4]Ramirez Salgado, Raquel (5 de julio del 2012). Sobre Rita Cetina Gutiérrez, madre simbólica del feminismo en Yucatán [Publicación de blog].Distintas Latitudes. Recuperado de: https://distintaslatitudes.net/archivo/sobre-rita-cetina-gutierrez-madre-simbolica-del-feminismo-en-yucatan

[5] Lagarde, Marcela (1999). Claves feministas para los liderazgos entrañables. Managua: Puntos de Encuentro. Recuperado de: https://xenero.webs.uvigo.es/profesorado/marcela_lagarde/liderazgos.pdf