“Gracias” no solo ilumina los rostros de las personas. También ilumina diferentes partes del cerebro.
-Adam Hoffman-
La relación entre gratitud y bienestar se ha explorado en numerosos estudios científicos. Como resultado, las investigaciones nos dicen que las personas que son agradecidas experimentan emociones más positivas, su nivel de estrés es menor y sienten mayor satisfacción con su vida. Además, tienen menor riesgo de desarrollar desórdenes psicológicos como depresión y ansiedad, y es menos probable que tengan sentimientos negativos como resentimiento o envidia. [1]
En conclusión, la gratitud nos hace felices, por lo tanto es una habilidad que vale la pena desarrollar para tener una vida saludable. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Por qué poner en práctica la gratitud tiene tantos beneficios? Y, sobre todo, ¿Qué sucede en nuestro cerebro cuando sentimos agradecimiento?
En este artículo respondemos a todas estas preguntas y otros aspectos relacionados con la gratitud para que tengas una mejor comprensión de cómo funciona, y lo más importante, puedas ponerla en práctica.
¿Qué es la gratitud?
La gratitud es considerada una fortaleza desde el punto de vista de la Psicología Positiva. Según los investigadores Seligman y Peterson, es ser consciente de las cosas buenas que suceden, nunca darlas por sentado, y tomarse el tiempo para expresar agradecimiento.[2]
Para Emmons, las personas que sienten un profundo sentimiento de agradecimiento, piensan que tienen que retribuir de alguna forma lo que recibieron, no por cortesía o por presión social, sino por una razón moral más genuina. [3]
Esta habilidad, nos permite reconocer los aspectos pasados y presentes positivos. Aquello que nos ha beneficiado de algún modo, puede ser algo material o inmaterial, ya sea que lo hayamos recibido de una persona o no. Esto puede ser agradecer que tenemos un lugar para dormir, comida, poder salir a caminar y apreciar lo que nos rodea, o incluso el simple hecho de estar vivos.
¿Cómo funciona la gratitud en el cerebro?
Como se ha mencionado antes, los beneficios de practicar la gratitud son múltiples, pero hasta ahora son pocas las investigaciones que se centran en cómo se producen estos beneficios y cuáles son los efectos de la gratitud en el cerebro.
Un estudio que nos ayuda a responder esta pregunta es el de Glenn Fox (2017), esta investigación se basa en comprender la fisiología de la gratitud, para identificar estrategias y ayudar a las personas a comprender y fomentar esta emoción. Fox menciona:
“El objetivo de mi investigación ha sido sentar las bases para comprender lo que sucede en el cerebro cuando nos sentimos agradecidos, y ahora está empezando a surgir una imagen del cerebro agradecido.[4]”
Su investigación consistió en incentivar el agradecimiento a un grupo de estudiantes universitarios por medio de una visita al Instituto de Historia Visual de la Fundación Shoah de la USC, donde se encuentra el depósito más grande del mundo de testimonios de sobrevivientes del Holocausto grabados en video.
Se les pidió a los estudiantes que se imaginaran que eran uno de los sobrevivientes durante el Holocausto. Se les planteaba escenarios como: “estás en una marcha de la muerte en invierno y un compañero de prisión te da un abrigo”, o “una mujer de la agencia de inmigración sella tu pasaporte para que puedas huir a Inglaterra”.
Al mismo tiempo que los participantes imaginaban la situación, se medía su actividad cerebral utilizando técnicas modernas de imágenes cerebrales (en forma de imágenes de resonancia magnética funcional o fMRI).
En cada uno de los escenarios se les preguntó cuanta gratitud sentían, los participantes respondieron que tenían fuertes sentimientos de gratitud, empatía y una mejor compresión del Holocausto como problema.
En los resultados de la investigación Fox explica:
“…sus cerebros mostraron actividad en un conjunto de regiones ubicadas en la corteza prefrontal medial, un área en los lóbulos frontales del cerebro donde se encuentran los dos hemisferios. Esta área está asociada con la comprensión de las perspectivas, la empatía y los sentimientos de alivio de otras personas.” [5]
Estas regiones también están fuertemente conectadas con las partes del cerebro que controlan:
- La regulación básica de las emociones
- La frecuencia cardíaca
- Los niveles de excitación
- El alivio del estrés
- La reducción del dolor
Por lo tanto, sentir agradecimiento tiene muchos beneficios para la salud porque activa las regiones del cerebro, y otras partes relacionadas que controlan nuestras emociones positivas, crea un estado corporal relajado y en consecuencia una reducción de los niveles de estrés, generando así una sensación de bienestar.
¿Cómo sentir agradecimiento?
En algunas ocasiones cuando estamos pasando en situaciones complicadas es más difícil ver el lado bueno de las cosas y esto es comprensible. Para nuestro cerebro es más fácil ver las cosas que andan mal como una estrategia de supervivencia.
Sin embargo, el hecho de mantener un estado positivo, no quiere decir que no prestemos atención a las cosas que no están bien. Más bien mantener una actitud de agradecimiento es tener un nivel de conciencia mayor, en el que tenemos una mejor visión de nuestra situación. Esto también nos ayudará a pensar en posibles soluciones, pero enfocando nuestra energía en las cosas que sí tenemos. Por lo que aquí te presentamos algunas estrategias para sentir gratitud:
Diario de gratitud. Puedes comenzar escribiendo tres cosas buenas que te hayan ocurrido ese día, recuerdos de momentos agradables o cosas por las que creas que debas de sentir agradecimiento. Tal vez un favor de alguna persona en el momento más inesperado, una llamada cuando más la necesitabas, o cuando encontraste la solución a un problema que parecía muy complicado.
Recuerda lo malo. Esto puede sonar un poco contradictorio, pero es justo lo que se busca. Recordar alguna situación difícil y saber lo lejos que has llegado superando dicha situación genera un contraste, y hace que aprecies las cosas buenas que tienes ahora.
Di gracias más seguido. Mientras más practiques la gratitud más fácil será. Puede ser a cualquier persona, no solamente a amigos o familiares, aunque puedes comenzar con ellos. Hasta las cosas más pequeñas pueden ser motivo de agradecimiento, como por ejemplo si alguien te cedió el paso, o agradecer a la persona que te atendió en un restaurante.
Paseo de agradecimiento. En este caso puedes tomarte el tiempo para relajarte y olvidarte de las cosas que te preocupan. Elige un lugar tranquilo, como un parque cercano a tu casa. Aprecia las cosas que están a tu alrededor, ¿hay árboles?, ¿escuchas el canto de los pájaros? Piensa en todas las cosas que percibes con tus sentidos y agradece por eso.
Carta de gratitud. Esta carta puede ser dirigida a alguien en especial, por todos los beneficios que trae a tu vida la presencia de esa persona, o incluso puede ser una reflexión profunda de todas las cosas alrededor por las que sientas agradecimiento.
Por último, lo importante es que al intentar hacer estos ejercicios te sientas bien realizándolos. Tal vez en un principio sea un poco complicado, pero con el tiempo será más sencillo y así podrás recibir todos los beneficios de sentir gratitud. ¡Mucho éxito!
Referencias
[1] [2] [3] Moyano, Natalia. (2010). Gratitud en la Psicología Positiva. Psicodebate. (10) (10)
[4] [5] Fox, Glenn (04 de Agosto 2017). What Can the Brain Reveal about Gratitude? Greater Good Science Center Magazine [Publicación de blog] Recuperado de: https://greatergood.berkeley.edu/article/item/what_can_the_brain_reveal_about_gratitude
Steps to Self (07 de Diciembre del 2020) Benefits of Gratitude Practice and How to Get Started [Publicación de blog] Recuperado de: https://stepstoself.com/benefits-of-gratitude-practice/