El doctor Roger Orellana Lanza y sus coautoras del libro, bióloga Lilia Carrillo Sánchez y maestra en Educación Ambiental Verónica Franco Toriz, quienes han trabajado en el Jardín Botánico Regional del CICY, explicaron que el uso de árboles nativos, es decir, aquellos que viven y crecen de forma natural en la península de Yucatán, contribuye a la conservación de la flora regional.
El doctor Roger Orellana Lanza detalló que plantar árboles nativos en las calles, los patios, los parques y las aceras evita problemas, como: el desplome de árboles por vientos de huracanes, fracturas de aceras, invasión de espacios, caída de ramas sobre avenidas o vehículos, e inhibición del crecimiento de otras plantas (aleopatía), por mencionar algunos perjuicios.
Algunos de los árboles nativos de gran porte, que son recomendados para ciudades son: beek o roble (Ehretia tinifolia), makulís (Tabebuia rosea), makulís amarillo (Tabebuia chrysantha), ciricote o k’opte (Cordia dodencandra), ramón u oox (Brosimum alicastrum), chak oox (Trophis racemosa), guaya india (Talisia oliviformis), por ejemplo.
También recomendó árboles nativos de porte mediano y pequeño (al menos en cultivo), más propicios para patios de casas, por ejemplo: flor de mayo (Plumeria rubra), balché (Lonchocarpus punctatus), katsin ek’ (Pithecellobium keyense), k’anisté (Pouteria campechiana) y guayacán (Guaiacum sanctum).
El doctor Orellana mencionó que existen algunos árboles exóticos o no nativos que se han cultivado y que se recomiendan para las calles, como: guanábana (Annona muricata), saramuyo (Annona squamosa) o naranja agria (Citrus auriantium).
Asimismo, enlistó los árboles que por sus características NO se recomienda cultivar en las calles de las ciudades: almendro (Terminalia catappa), box katzim (Acacia gaumeri), ceiba (Ceiba pentandra), flamboyán (Delonix regia), lluvia de oro (Cassia fistula), zapote (Manilkara sapota), tulipán africano (Spathodea campanulata) y nim (Melia azedarach), por mencionar algunos.
Por último, el doctor Roger Orellana indicó que plantar árboles contribuye a la conservación del patrimonio natural, al embellecimeinto de los espacios públicos, además de combatir el sobrecalentamiento y promover la oxigenación y la ventilación de la ciudad, por lo que exhortó a los ciudadanos a plantar árboles, cuidarlos y elegir alguno de los antes recomendados. Para este fin, se recomienda consultar el libro Árboles recomendables para (las calles de) las ciudades de la Península de Yucatán, del año 2007 y próximo a reeditarse.
Comunicado