¿Cuán sola está esa señora? Que huye de la vida jugando Candy Crush en un buen establecimiento culinario, durante la noche que yace en el baricentro de la geométrica semana.
Que mira fuera de la vida a su celular, que se enajena del lugar enviando Whats apps que no contestan.
Que con una mano toma cerveza y con otra rasca su cabeza. Sin llamar la atención porque a nadie su vida le interesa.
¿Cuán sola está esa señora? Que come aros de cebolla con cubiertos, ¡incluso con cuchillo! ¿Es la soledad causante de sus extraños delirios?
Que juega con una pluma entre sus dedos, inquita, callada y perdida. ¿Habrá algo no monótono en su vida? ¿O ésta se compone de momentos ajenos?
¿Cuán sola está esa señora? Que mira perdida a su alrededor, buscando algo que admirar. ¿A caso esta señora nunca conoció el amor?
¡Cuán sola está esa señora! Que su vida está llena de lo que tiene en medio su aro de cebolla.
¿Cuántas veces nosotros hemos sido esa señora?…
