Ciberbullying: Acoso virtual
Por: María José Pérez Ruíz Licenciada en Ciencias de la Comunicación por el Instituto Comercial Bancario A.C
En esta ocasión, abordaremos a fondo una situación lamentablemente actual y que nos puede llevar a lo más profundo y oscuro si no actuamos a tiempo: el ciberbullying o acoso virtual. Así que ¡comencemos!
Creo que la mayoría de nosotros conoce el significado de la palabra “ciberbullying”. Aún así, explicaremos brevemente lo que es: el ciberbullying es el uso de los medios virtuales y tecnológicos para acosar psicológicamente a una persona. Sí, no se tiene que hacer uso del físico para lastimar a alguien.
Otro aspecto que posee este tipo de acoso es que normalmente está dirigido a menores de edad, ya que si se hace hacia un adulto recibiría otro tipo de clasificación.
El ciberbullying puede ser hecho por jóvenes hacia otros jóvenes o niños a otros niños, sea cual sea el caso, es algo peligroso, muy frecuente en la actualidad y contra lo que debemos lidiar.
Normalmente el o los acosadores se encargan de “stalkear” a la víctima para poder atacarla de la “mejor manera”. Las intenciones pueden variar: desde acosadores sexuales hasta jóvenes que simplemente odian a alguien por alguna razón personal, pero ninguno de los casos tiene justificación, puesto que en ambos hacen daño a otro.
Cuando una persona amenaza, humilla, atormenta o burla a alguien mediante cualquier medio tecnológico está cometiendo ciberbullying y es necesario que se trate a tiempo, antes de que sea demasiado tarde, pues el acoso, aunque sea virtual, puede herir la autoestima de la persona dañada tan gravemente hasta llevarla a casos extremos como el suicidio.
Ahora, este acoso puede presentarse de distintas maneras: desde ofensas públicas, hasta amenazas personales e íntimas.
Algunos ejemplos representativos del ciberbullying podrían ser:
- Humillar a la persona públicamente con “argumentos” del por qué se hace. Esto puede ser atacando su físico, sus gustos, su personalidad o cualquier dato que pueda hacerle daño.
- Subir imágenes de la persona o datos que puedan avergonzarla en público, sobre todo dirigidas hacia gente que la conoce.
- “Hackear” sus cuentas, ya sea de correo electrónico o de Facebook para utilizar su información personal en su contra y publicar cosas inadecuadas o impropias aparentando ser la víctima.
- Enviar mensajes privados o hacer llamadas a la persona amenazándola con datos muy íntimos, inclusive incluyendo a sus familiares y amigos.
- Contactar a las amistades del afectado para hablar mal de él, dando información personal y convenciéndolos de unirse de alguna manera a convertirse en enemigos suyos.
- Crear sitios web dedicados a la víctima, pero no de una manera sana, sino ofensiva y cruel, humillándola sin que pueda defenderse.
- Al igual que los ejemplos anteriores, existen muchas otras formas de hacer ciberbullying y ninguna tiene justificación. Si llegáramos a encontrarnos en alguna de estas situaciones hagamos algo, guardar silencio no es una solución.
Lo mejor en estos casos sería no responder a los acosadores de ninguna manera, es decir, ignorando sus mensajes, guardar las pruebas del acoso público, informar a nuestros padres o tutores sobre la situación y, si las amenazas o conflictos virtuales continúan, ceder parte a autoridades, puesto que es un delito y debe hacerse algo al respecto.
Recuerden: todos somos valiosos y no merecemos ser tratados mal, no permitamos que nada ni nadie nos haga daño.
Cualquier duda, sugerencia o comentario, estoy a su disposición, sin más por el momento, ¡hasta la próxima!