Los ácaros son invertebrados, de tamaño pequeño, por lo que para su observación y estudio es necesario el microscopio. Pertenecen al grupo más exitoso de animales que habitan la tierra: los artrópodos, es decir, que al igual que los insectos y los crustáceos, tienen un exoesqueleto de un polisacárido especial llamado quitina, el cual les da protección y soporte; asimismo poseen apéndices articulados, como lo son sus patas locomotoras (de aquí el nombre de Arthropoda, de las raíces griegas artro: articulación y podo: pie). No obstante, no se deben confundir con las pulgas o con las chinches, ya que estos últimos son insectos, artrópodos que poseen una cabeza con antenas y que cuentan con 3 pares de patas, a diferencia de los ácaros que no tienen cabeza ni antenas y cuentan con 4 pares de patas.

Es un grupo que incluye alrededor de 55,000 especies descritas a nivel mundial, cifra que incluso supera a la riqueza conocida para todos los animales vertebrados. A pesar de su talla diminuta, la cual en general oscila entre los 2 y 3 mm, hay varios tipos de ácaros que forman parte de la vida cotidiana del humano y de los seres vivos relacionados con éste.

Las sarnas, cuya afectación incluye a perros, gatos, cerdos, e incluso también al hombre son ocasionadas por varias especies de ácaros, como el caso de Sarcoptes scabiei que construye galerías por debajo de la piel del animal que parasitan. Los llamados comúnmente corucos que se asocian a aves, principalmente de corral, también son ácaros de importancia médico veterinaria, ejemplo de ello es la especie Dermanyssus gallinae. Los tlazahuates, conocidos desde la época de los aztecas, son otro tipo de ácaros parásitos que afectan en la actualidad a varias comunidades en la provincia mexicana.

Mención especial merecen las garrapatas, los ácaros de mayor tamaño (en algunas especies, las hembras pueden llegar a medir más de un centímetro). Este tipo de animales presenta un ciclo de vida de donde de los huevos (los cuales son depositados en cantidades considerables a nivel del suelo) emergen las larvas, las cuales se desplazan a la vegetación donde puedan pasarse y sujetarse a algún huésped vertebrado del cual puedan ingerir su sangre, estas larvas en México son conocidas comúnmente como pinolillos. Los adultos ingieren también sangre, ocasionando afectaciones severas a la industria ganadera, también ocasionan problemas a nivel de salud pública ya que son transmisoras de diferentes enfermedades que pueden afectar al hombre como la enfermedad de Lyme, transmitida por la especie Ixodes ricinus y que en los últimos años ha incidido en el norte de México. El impacto y conocimiento que se ha tenido de las garrapatas en nuestro país ha incidido, por ejemplo, en que el nombre de una de nuestras entidades federativas: Campeche, tenga su origen en la palabra pech que significa garrapata.

Además de parasitar el ganado, hay ácaros que parasitan otro tipo de organismos, como la especie Varroa destructor que parasitan a las abejas, causando pérdidas económicas en la industria de la apicultura; también los hay quienes parasitan a plantas y a diversos tipos de cultivos. Si bien el parasitismo es una de las interacciones ecológicas más conocidas en los ácaros, existen otras, tales como el comensalismo, donde una especie se beneficia de la interacción con otra sin causarle daño alguno, tal es el caso del fenómeno de foresia que consiste en que una especie de ácaro utilice a algún insecto o incluso a otro ácaro para poder transportarse.

Principalmente los ácaros son conocidos por su impacto en la medicina veterinaria y en la agricultura, sin embargo son mucho más las especies que son de vida libre, las cuales habitan en ambientes tanto terrestres como acuáticos, en estos últimos pueden habitar en arroyos de alta montaña, en pozas temporales, en playas rocosas o incluso en el mar a más de 5000 metros de profundidad. La diversidad de microambientes que pueden habitar los ácaros no solo se correlaciona con el tamaño pequeño que tienen sino también con la distintos hábitos alimenticios, ya que los puede haber bacteriófagos, ficófagos (que se alimentan de algas), micófagos (que se alimentan de hongos), fitófagos y predadores; en este sentido es trascendental el papel que juegan los ácaros en el ecosistema, ya que por ejemplo en el suelo son de los principales degradadores y recicladores de materia orgánica.

Es así como los ácaros representan uno de los microcosmos más fascinantes del Reino Animal,  no solo por su considerable diversidad de formas, colores y tamaños, sino también por la diversidad de nichos ecológicos que explotan a partir de las interacciones que establecen con otros seres vivos, incluyendo al hombre.

Referencias asociadas

Hoffmann, A. (1988). Animales desconocidos: relatos acarológicos. Colección  la Ciencia para Todos. Fondo de Cultura Económica. Ciudad de México

Pérez, T. M., Guzmán-Cornejo, C., Montiel-Parra, G., Paredes-León, R., & Rivas, G. (2014). Biodiversidad de ácaros en México. Revista Mexicana de Biodiversidad85, 399-407.