¿Alguna vez has sentido que no eres lo suficientemente capaz para realizar una tarea? ¿Piensas que el motivo de tus logros y éxitos son gracias a tu buena suerte? ¿Sientes miedo de que las demás personas se den cuenta que en realidad eres un fracaso? 

Si tu respuesta es “sí” a alguna de estas preguntas, es posible que estés experimentando de algo conocido como síndrome o fenómeno del impostor.  La buena y mala noticia es que no eres la única persona que se ha sentido así. De hecho, se estima que el 70% de las personas experimentan sus efectos en algún punto de su vida. [1]

Dado que es muy común en ámbitos como el trabajo y la escuela, es importante que nos mantengamos informados acerca de sus efectos. Por eso en este artículo te explicamos qué es el síndrome del impostor, sus características y qué hacer al respecto. ¡Comencemos!

¿Qué es? 

El síndrome del impostor, o fenómeno del impostor, es la falta de capacidad para internalizar los logros personales y el miedo constante a ser expuesto como un “fraude”. El término fue utilizado por primera vez en 1978 por las psicólogas Pauline R. Clance y Suzanne A. Imes. Las personas con síndrome del impostor piensan que su éxito fue un golpe de suerte, oportunidad o como resultado de convencer a otros para que piensen que son más inteligentes y competentes de lo que realmente son. [2]

Puede afectar a cualquier persona sin importar su estatus social, antecedentes laborales, nivel de habilidad o grado de experiencia. Sin embargo, las mujeres y las personas pertenecientes a grupos minoritarios (por ejemplo, étnicos, religiosos) pueden ser más susceptibles a cuestionar su “lugar” dentro de ciertas instituciones tradicionalmente ocupadas por hombres blancos. 

Características 

Las personas experimentan el síndrome del impostor de diferentes maneras, pero algunos signos comunes son:

  • Incapacidad para evaluar de manera realista sus competencias y habilidades.
  • Atribuir su éxito a factores externos. 
  • Minimizar el propio desempeño
  • Miedo a no estar a la altura de las expectativas.
  • Autosabotaje
  • No aceptar cumplidos o minimizarlos. 
  • Establecer metas muy desafiantes y sentir decepción al no lograrlas. 

Tipos

El síndrome del impostor puede aparecer de diferentes formas. Algunos tipos [3] diferentes de síndrome del impostor que se han identificado son: 

  • El perfeccionista: Los perfeccionistas nunca están satisfechos y siempre sienten que su trabajo podría ser mejor. En lugar de centrarse en sus puntos fuertes, tienden a fijarse en cualquier defecto o error. Esto a menudo conduce a una gran cantidad de autopresión y una gran cantidad de ansiedad.
  • El superhéroe: Debido a que estas personas se sienten inadecuadas, se sienten obligadas a esforzarse para trabajar lo más duro posible. 
  • El experto: Estas personas siempre están tratando de aprender más y nunca están satisfechas con su nivel de comprensión. Aunque a menudo son altamente calificados, subestiman su propia experiencia.
  • El genio natural: Estas personas se fijan metas excesivamente elevadas y luego se sienten aplastadas cuando no tienen éxito en su primer intento.
  • El solista: Estas personas suelen ser muy individualistas y prefieren trabajar solas. La autoestima a menudo proviene de su productividad, por lo que generalmente rechazan las ofertas de ayuda. Suelen pensar que pedir ayuda es un signo de debilidad o incompetencia.

¿Qué se puede hacer al respecto?

No existe un plan de tratamiento único para el síndrome del impostor. Sin embargo, son muchas las cosas que las personas pueden hacer para intentar sobrellevar los sentimientos negativos y sobre todo identificar la causa. Aquí te mostramos algunas recomendaciones [4]: 

Pregúntate a ti mismo. Cada vez que tengas un pensamiento negativo sobre tus habilidades o te preguntes si estás calificado para un trabajo o tarea, haz una pausa y pregúntate: ¿Por qué piensas que tus habilidades no son suficientes para hacer un buen trabajo? Recuerda todas las veces que has tenido éxito y las cosas que has superado. 

Replantea tu pensamiento. Es útil tener en cuenta los antecedentes, las creencias y las emociones. Puedes utilizar estas categorías para poner sus pensamientos en perspectiva. Por ejemplo, es posible que recibas un aumento o un cumplido, por lo que sientes angustia o culpa porque crees que no te lo merecías. Intenta pensar cuál es la razón por la que te sientes así, o cuál fue la experiencia que te hizo sentir así en el pasado. 

Acepta el éxito. Si tienes el síndrome del impostor, puede ser frecuente invalidar incluso el éxito más pequeño. Resiste ese impulso recordando cada éxito, con el tiempo, esta práctica te dará una imagen realista de sus logros y te ayudará a reafirmar su autoestima.

Habla con alguien.  Ya sea una persona a la que le tengas confianza, familiar o un terapeuta. Habla con alguien más sobre cómo te sientes. Tener una perspectiva diferente de nuestra situación puede ayudarnos a darnos cuenta de que tal vez las cosas pueden ser diferentes a lo que pensábamos. 

¿Qué causa el síndrome del impostor?

El síndrome del impostor es probablemente el resultado de muchos factores, incluidos los rasgos de personalidad (como el perfeccionismo) y los antecedentes familiares. Una teoría es que el síndrome del impostor tiene sus raíces en familias que valoran los logros por encima de todo. Otro artículo de investigación afirma que comienza cuando las familias se caracterizan por un bajo apoyo y un alto conflicto. 

Además, las respuestas también las podemos encontrar en nuestra cultura (occidental), ya que según algunas investigaciones el nivel social, el grupo al que pertenece alguien, y la representación de esos grupos de la sociedad, juegan un papel importante en el desencadenamiento de sentimientos de impostor.

Como se ha mencionado antes, las personas pertenecientes a grupos minoritarios tienden a ser más susceptibles debido a que pueden sufrir de racismo y discriminación por parte de las personas con las que interactúan. 

En consecuencia, la forma en que las personas son tratadas por otras personas relevantes para sí mismas es un factor importante. Esto se debe a que las interacciones cotidianas de los individuos están entrelazadas con importantes señales de evaluación social, que transmiten si los demás los ven como una persona valiosa o no. 

Estas señales de evaluación social, en última instancia, guían las evaluaciones de los individuos sobre su propia autoestima y, por lo tanto, moldean su sentido de ser dignos o merecedores de su “lugar” dentro de ese grupo o contexto, esto puede ser en ambientes como la escuela o el trabajo.

Parte de la solución

Es importante que hagamos algo por nosotros mismos cuando nos damos cuenta de que hemos desarrollado sentimientos negativos a causa del síndrome del impostor y seguir algunas de las recomendaciones como las que te mostramos anteriormente. 

Debido a que el síndrome del impostor, también es llamado fenómeno a causa de que muchas personas pueden experimentarlo en algún momento de sus vidas, se debe de tomar en cuenta que esto no solo es una cuestión individual y que existen causas sociales que pueden provocarlo.

Por eso, como parte de la solución se puede ir a terapia y trabajar en nosotros mismos. Sin embargo, también es importante que las instituciones y organizaciones implementen iniciativas más diversas e inclusivas, haciendo hincapié en establecer ambientes saludables para una buena convivencia e interacción.  En las que por ningún motivo se permita, el racismo, la discriminación y la misoginia que desencadene o acentúe este tipo de problemática en las personas. 

Referencias 

Bravata, D.M., Watts, S.A., Keefer, A.L. et al. (2020). Prevalence, Predictors, and Treatment of Impostor Syndrome: a Systematic Review. J GEN INTERN MED 35, 1252–1275 https://doi.org/10.1007/s11606-019-05364-1

Feenstra S, Begeny CT, Ryan MK, Rink FA, Stoker JI and Jordan J (2020) Contextualizing the Impostor “Syndrome”. Front. Psychol. 11:575024. doi: 10.3389/fpsyg.2020.575024