El cómic, conocido como historieta en Hispanoamérica, consistente en una serie de tiras, dibujadas en un conjunto de viñetas con texto que, a su vez, van conformando un grupo de hojas que  relatan algún tipo de historia, ha sido una nueva forma de expresión, aparentemente desde apenas hace varias décadas. La realidad es que el cómic deriva su existencia desde hace mucho tiempo, con los murales, jeroglíficos y pinturas rupestres.

Con el surgimiento de la imprenta, la historieta obtuvo más fuerza y auge, formando parte de los medios impresos.

Estados Unidos fue de los primeros países en desarrollar el cómic como tal, obteniendo gran éxito con su comercialización.

Y es que, analizar el cómic en vista de “lo impreso”, nos lleva a un medio de expresión diferente, el cual comparte muchas características con la estampa y el grabado, proporcionando un enfoque muy útil para comprenderlo, a través de imágenes y texto, permitiendo obtener información visual y gráfica que, lejos de ser muy compleja, se luce por su fácil comprensión, llevando a la sociedad a un nuevo tipo de interpretación de mensajes.

La estructura de las viñetas de una historieta, permite comprender lo que se ve por uno mismo, de manera que incluye una gran participación del lector, acostumbrándolo a seguir la continuidad al irse presentando en series, cada una de las cuales debe ser interpretada por quien las lee.

En el cómic se puede hallar más que un simple medio de expresión, puesto que lleva al receptor a interpretarlo, es decir, produce en él una reacción imaginativa, siendo una forma de comunicación que deja varios espacios “al aire”  para que la persona lo entienda a su manera.

La gente ha ido evolucionando junto con la historieta en cuanto a su comprensión, ya que han surgido nuevos estilos, nuevas formas de presentarse, siendo un claro ejemplo el manga japonés, el cual se lee de manera distinta pero ciertamente parecida.

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Si bien, tristemente muchos creen que el cómic no ha tenido el auge suficiente en la sociedad, eso es una gran mentira, ya que, actualmente, muchos recursos del mismo son utilizados en distintos lugares, muchos de ellos inclusive para la publicidad, lo cual demuestra que, hasta hoy en día, existe gran influencia por parte de este recurso.

De igual forma, día a día aumenta la cantidad de escritores independientes, quienes se dejan llevar por su creatividad e ingenio, para dar lugar a nuevas historias y aventuras, muchas de ellas expresadas de manera gráfica a través de imágenes.

Sea como sea, el impacto del cómic se puede tomar en cuenta debido a que es una forma de información sencilla y agradable para la sociedad actual, que vive en un mundo rápido y agitado, necesitando medios fáciles de comprender y leer. Además, los mensajes inadvertidos de una  historieta, encuentran mejor manera de llegar al lector que aquellos expresados en medios más complejos.

El cómic no es “cosa de niños” y, como menciona Nicolau, quien negase la importancia de las viñetas, pasaría por ignorante. Cabe recalcar que la historieta abarca gran cantidad de temas, los cuales no son exclusivamente para menores de edad y que, de alguna manera captan la atención del público.

La realidad es que siempre deja algún tipo de mensaje, ya sea para entretenimiento o información, pero no toda la gente se toma la molestia de sentarse a averiguarlo.

A pesar de ello, su influencia se sigue presentando hoy en día, sobre todo en la población juvenil y enfocada a la comunicación o arte, aumentando la comprensión sintáctica y lingüística de los medios impresos.