En la Parte 1 de este artículo vimos la problemática de las fake news y cómo el fact-checking puede ser una herramienta útil para descubrir información falsa. Sin embargo, a diferencia de EU o Europa donde la población se mantiene informada durante los procesos electorales, en Latinoamérica y en México cada vez se necesitan audiencias más informadas debido a todo el sesgo de información causado por las campañas electorales. Por lo tanto, las iniciativas de fact-checking en Latinoamérica tienen un gran desafío por delante.
¿Cuál es la situación en Latinoamérica?
En el caso de Latinoamérica, el fact checking no es una herramienta muy conocida por la mayoría de la audiencia, aun cuando contamos con varias iniciativas. En este momento están vigentes 30 proyectos en Latinoamérica. La primera iniciativa en enfocarse en esta herramienta en esta parte del continente fue Chequeado en 2010, esta institución de Argentina surgió cuando existían muy pocas organizaciones dedicadas a la verificación de datos en el mundo.
Por ahora el país que cuenta con más medios enfocados a la verificación es Perú, entre ellos destacan Ojo Biónico del medio digital Ojo Público, enfocado en el periodismo de investigación y de datos, y la sección Verificador de uno de los medios tradicionales con mayor trayectoria del país, La República.
En Colombia se encuentra El Detector, desarrollado por el medio digital colombiano La Silla Vacía es una herramienta enfocada en detectar la desinformación que circula en el discurso público, Facebook y Whatsapp.
Brasil cuenta con Aos Fatos y La Lupa. La primera se trata de una iniciativa que analiza las declaraciones de políticos y autoridades nacionales estableciendo categorías como “verdadero”, “impreciso”, “exagerado”, “contradictorio”, insostenible”, distorsionado” o “falso” En el caso de La Lupa, fue la primera en la nación brasileña, es un proyecto fundado por Cristina Tardáguila, la actual directora del IFCN, en el 2015. Se encarga de la observación diaria de las declaraciones públicas con en base tres criterios de relevancia: “quién habla” (personalidades destacadas o públicas), “qué habla” (declaraciones con impacto social) y “qué ruido hace” (que hayan cobrado relevancia en medios o internet). ³
¿Qué sucede en México?
En nuestro país, solo podemos contar con El Sabueso del periódico digital Animal Político que comenzó en 2015. Este se encarga de verificar una frase relevante con base a una metodología de siete pasos, estableciendo categorías de contenidos falsos: ridículo, falso, mentir con la verdad, engañoso, no se puede probar, discutible, inexacto y verdadero. En algún momento se contó con El Polígrafo del periódico Milenio, pero actualmente se encuentra inactivo. Sin embargo, en 2018 surgió un nuevo proyecto: Verificado.
El objetivo de Verificado era denunciar las noticias falsas y el uso tramposo de la información durante la precampaña y la campaña electoral del 2018. En esos momentos cuando se fundó Verificado, la confianza de las personas hacia los medios mexicanos era muy baja según Edelman Trust Barometer, 2018. Además, en las elecciones anteriores se había identificado acciones para manipular la opinión de las redes sociales, la compra de bots y propaganda, por lo que era probable que ocurriera de nuevo en dichas elecciones.
Verificado estuvo dirigido por Animal Político y AJ Plus en Español, así como por la organización Pop Up Newsroom. Además, contó con un total de 80 aliados que incluían medios mexicanos, universidades y organizaciones no gubernamentales.
En el proyecto se realizaron más de 400 notas, 50 videos e hicieron verificaciones en tiempo real de los debates presidenciales, en un periodo del 12 de marzo al 5 de julio del 2018. La información se compartía a través de su sitio de internet y sus redes sociales lo que facilitó que la audiencia interactuara y compartiera el contenido. En pocos meses lograron tener más de 200 mil seguidores en Facebook y Twitter.4 Por lo que son un ejemplo de que lograr mantener a las audiencias informadas en un periodo de elecciones es posible.
Nuevos retos
En estos tiempos cada vez es más difícil navegar dentro de tanto tráfico de información y por esa razón debemos de conocer las diferentes herramientas que nos permiten discernir y crearnos una opinión propia de los hechos. El fact-checking es una práctica periodística que puede contribuir con esto, podemos aprovechar el esfuerzo de todas las iniciativas que intentan que cada vez más audiencias tengan el interés de mantenerse informadas. Las noticias falsas y la desinformación pueden llegar a ser muy peligrosas para la población, y crear sesgos que luego pueden llevar a tomar decisiones erróneas en procesos tan importantes como por ejemplo la elección presidencial de un país.
El fact-checking no es garantía que este problema se vaya a acabar y todavía queda un largo camino que recorrer y, nuevos retos que enfrentar. Las redes sociales han avanzado tan rápido que no nos ha dado tiempo de aprender a usarlas de manera responsable. Se necesita que cada vez más personas desarrollen prácticas que les permitan acceder y evaluar críticamente la información que consumen. Es por eso, que como usuarios y consumidores nos podemos preguntar: ¿Qué podemos hacer para comenzar a ser más críticos? ¿Y cómo podemos exigirles a los medios que mejoren la calidad de la información que nos presentan? Sin duda alguna todavía nos falta mucho por reflexionar y por hacer.
Referencias
[3] Avendaño, Alejandra (2020). Fact-Checking 2020: Las principales organizaciones, herramientas y expertos cubiertos por AIKA Educación. Aika Educación. [artículo de blog]. Recuperado de: http://www.aikaeducacion.com/en-profundidad/fact-checking-2020-las-principales-organizaciones-herramientas-y-expertos-cubiertos-por-aika-educacion/