El Dr. Oliver Sacks recibió una carta un día de marzo de 1986, estaba remitida por un hombre llamado Jonathan donde éste se presentaba como un artista exitoso que acababa de cumplir 65 años, dos meses atrás había sufrido un accidente en auto y le había provocado una conmoción cerebral. No podía ver colores. “Mi perro marrón es gris oscuro. El zumo de tomate es negro. La televisión en color es un batiburrillo”, escribía.

Era un caso muy extraño de acromatopsia congénita, el Dr. Oliver Sacks no tenía idea de cómo curarlo ni qué le ocurría por lo que decidió tener varias sesiones con el paciente.  Además de la pérdida del color, decía que todo tenía un aspecto artificial y desagradable, las personas parecían “estatuas grises y animadas”, evitaba salir y comer. Incluso comenzó a comer sólo aquellos alimentos que ya eran blancos o negros.

Los doctores descargaron la histeria, problemas oftalmológicos, y sólo quedó la posibilidad de una acromatopsia sobrevenida por alguna lesión cerebral. La explicación era que quizá algunas zonas pequeñas del cerebro se habían dañado en el accidente, o una apoplejía causó dicha pérdida siendo el accidente sólo un desencadenante. Los doctores Sacks y Wasserman lo llevaron a Nueva York para hacerle una prueba y confirmar si podía diferenciar imágenes del mundo real y representaciones visuales abstractas multicoloreadas.

La prueba clarificó el problema y ayudó a los doctores a localizar el daño: estaba en la corteza visual secundaria, aunque la intacta estaba prácticamente intacta. Por ser tan pequeña no había sido visible en las pruebas. Jonathan había visto con mayor claridad las manchas de la prueba, cuando estaban iluminadas por una luz de onda media color verde, por lo que los doctores le recomendaron unas gafas de sol con lentes verdes que dejaran pasar la longitud de la onda y ver un poco mejor, al menos le ayudaron para reconocer los límites de los objetos y otros contornos.

En su vida como pintor, comenzó una nueva “fase creativa” en tonos blanco y negro que alcanzaron gran éxito.

 

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