El sargazo, más allá de ser un “desastre ecológico”, tiene un gran potencial para ser utilizado como sustrato en cultivos hidropónicos y como abono para plantas, opinó la maestra en ciencias Candelaria Isabel Pérez Martín, Responsable del Laboratorio de Morfofisiología del Banco de Germoplasma del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY).
La técnica de investigación del CICY detalló que estas potencialidades del sargazo fueron exploradas en su trabajo de tesis y residencia profesional, donde se evaluaron materiales orgánicos regionales con el fin de potencializar su uso en el cultivo de plantas. “Se estudió el tsitsilché (Gymnopodium floribundum), la fibra de coco, el bagazo de henequén y el sargazo”, especificó.
La maestra Pérez Martín reveló que en estos trabajos se detectó que los materiales orgánicos que mejor rendimiento obtuvieron fueron el tsitsilché y el sargazo; señaló que este último cuenta con muy buenos contenidos de nitrógeno, fósforo y potasio, que son esenciales para el crecimiento de las plantas. Se evalúo también su estabilidad biológica y se observó buen equilibrio de conductividad eléctrica (sales), pH de 6.7 a 8, mismo que se puede ajustar dependiendo del cultivo en el que se empleará.
“El rendimiento del sargazo es similar, e incluso superior, a la fibra de coco, ampliamente utilizada para cultivar plantas, por lo que sus aplicaciones como sustrato podría orientarse a cultivos hidropónicos, macetas o como abono, combinado con otros materiales.
La técnica de investigación del CICY explicó que, además de evaluarlo en las características físicas, químicas y la estabilidad biológica, también se estudió agronómicamente, pues se realizaron cultivos de lechuga y flor de crisantemo, ambos con un excelente resultado. Incluso, dijo que en Yucatán el sargazo fue empleado como sustrato por algunos productores que cultivaron cilantro de forma exitosa.
En ese sentido, comentó que el sargazo como sustrato reduciría costos en los cultivos, además de brindar elementos nutritivos a la planta, pues cuenta con las propiedades físicas adecuadas de un buen sustrato (porosidad, porcentaje de aireación y retención de agua), factores necesarios en el cultivo.
Finalmente, explicó que el sargazo no puede emplearse por sí sólo, pues por el alto contenido de nitrógeno (500 mg L-1) podría resultar tóxico para las plantas, pero esta característica lo convierte potencialmente en una fuente de nitrógeno para mejorar nuestro suelo para cultivo o realizar biofertilizantes. “Se recomienda lavarlo muy bien, dejarlo secar de dos a tres días y realizar mezclas en proporciones de 2:1
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