Entre aromas tradicionales a flores, incienso y pibes, unos 200 estudiantes de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), participaron hoy en el decimosexto Concurso y Muestra de Altares que, como cada año, tiene como escenario el patio del edificio central de la casa de estudios.
Después de un detallado análisis, el jurado calificador determinó que los altares con mayor apego a la cultura y tradiciones locales fueron elaborados por los estudiantes de las facultades de Odontología, Química y Ciencias Antropológicas y también se definió entregar una mención honorífica al representativo de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia.
De acuerdo con los organizadores, integrantes de la Coordinación de Arte y Cultura de la UADY, precisaron que para este certamen participaron equipos representativos de once facultades, de la Escuela Preparatoria Uno y de la Unidad Académica Bachillerato con Interacción Comunitaria (UABIC).
En este marco, la maestra Hilaria Maas Collí, profesora e investigadora de la Unidad de Ciencias Sociales y uno de los tres jurados del concurso realizado en el edificio central de la UADY, subrayó que entre los elementos más evaluados de los altares está la vasija en la que se coloca la comida, el tipo de alimento elaborado y los dulce tradicionales, entre otras cosas.
“No se trata de amontonar cosas, en realidad lo que se pone en los altares es lo que nuestros antepasados cultivaban en la milpa –explicó-. Se supone que fueron agricultores que se alimentaron con atole, frijol, espelón y también con dulces, producto de los alimentos sembrados en el campo”.
La maestra Hilaria, experta en tema de cultura y tradiciones mayas, destacó la participación de los estudiantes (15 aproximadamente por equipo) y la asesoría de sus profesores. “Es fundamental que conozcan cómo se celebra en estas fechas en Yucatán y también en otras entidades; cada lugar tiene sus tradiciones”.
En la entrevista la profesora universitaria comentó también respecto a las chozas elaboradas específicamente para colocar los altares. “El significado es que se trata de las casas de paja que, por cierto, están en proceso de extinción y en poco tiempo las veremos únicamente en museos”.
Otra integrante del jurado, María José Gil Bolio, recalcó que para determinar a los altares ganadores se evaluó el apego de las tradiciones. “No se calificó lo relativo a la escenografía pero es cierto que todos los elementos adicionales dan un toque especial que nos trasporta a la esencia de la tradición”, indicó.
Antes de la premiación, a cargo de Carlos Echazarreta González, secretario de la Rectoría, los estudiantes participantes realizaron un torneo de kimbomba.
Por otra parte y de manera simultánea, en la Escuela Preparatoria Dos se realizó la tradicional Muestra de Altares que incluyó un concurso de comida regional y una vaquería, con la participación de la selección de folclore, trova, orquesta jaranera y narración de leyendas mayas.