Por: Karen Beatriz Arana Alonzo*
Comúnmente, hablamos del clima para iniciar alguna conversación, romper el hielo y hasta para evadir a las personas, solemos utilizar expresiones como: “no deja de llover”, “tengo calor”, “ayer llegamos a 18 °C”…
En los últimos años, hemos notado cambios drásticos de temperatura lo que nos hace pensar que “el clima está loco” y la razón de esta “locura” es el cambio climático.
Pero ¿sabes qué es el cambio climático?, pues bien, los científicos lo definen como: “todo cambio que ocurre en el clima a través del tiempo, resultado de la variabilidad natural o de las actividades humanas”. Existen claras evidencias de que el calentamiento del planeta registrado en los últimos 50 años puede ser atribuido a los efectos de las actividades humanas, es decir, a la contaminación que provocamos diariamente.
Las consecuencias del cambio climático ya pueden percibirse y según los pronósticos, irán haciéndose más severas. Es decir, ocurrirá un aumento en la frecuencia e intensidad de las lluvias (ocasionando a su vez inundaciones); en otras regiones el periodo de sequía se hará más largo (generando las condiciones para la ocurrencia de incendios forestales); se derretirán los glaciares lo que a su vez provocará un incremento de hasta 88 centímetros del nivel del mar, incluso se pronostican brotes de enfermedades y epidemias.
¿Qué puedo hacer?
En muchas ocasiones exigimos a los gobiernos tomar cartas en el asunto, queremos que ellos realicen acciones que solucionen el problema, o bien, que se responsabilicen de las consecuencias y nos garanticen que los efectos no nos van a alcanzar, sin embargo, la responsabilidad es de todos los que habitamos este planeta.
Seguramente te preguntarás ¿qué puedo hacer para reducir los efectos del cambio climático?, bueno, la respuesta es sencilla y se resume en tres acciones: Reducir, Reutilizar y Reciclar.
Hoy en día, existen muchas campañas encargadas de difundir estas acciones, mejor conocidas como las 3’R (tres erres). A continuación te explico cada una de ellas:
Reducir: Consiste en disminuir tu producción de contaminantes. Por ejemplo, si usualmente consumes 5 refrescos a la semana, lo que debes hacer es consumir solamente 4. No tienes que dejar de consumirlo por completo o que represente un sacrificio para ti, solamente hazlo en la medida de tus posibilidades. Piensa en los beneficios que tiene disminuir la ingesta de ciertos productos que generan obesidad, o enfermedades como la diabetes; ¡Además de contribuir a reducir la contaminación, tu salud mejorará notablemente!
Reutilizar: Es decir, utiliza más de una vez las cosas que compres, incluso si son desechables. Por ejemplo, si compras un refresco desechable, cuando consumas el producto, puedes usar el envase para hacer un florero, o cualquier otra cosa que surja de tu imaginación y que sea de utilidad. Otras acciones son, utilizar envases retornables, pilas recargables o llevar tus propios recipientes cuando vayas a comprar comida.
Reciclar: Lleva a los centros de acopio o reciclaje de tu ciudad los residuos que generes para que sean nuevamente transformados y se utilicen en la elaboración de otros productos aunque es importante mencionar que no todos los residuos se pueden reciclar.
Teniendo como hábito estas acciones contribuirás a que los efectos del cambio climático sean menores.
Por: Karen Beatriz Arana Alonzo.
Licenciada en Biología por el Instituto Tecnológico de Chetumal.
Maestra en Planeación por la Universidad de Quintana Roo.
Sígueme en @karen_ambiental
Excelente artículo! Muchas felicidades Lic.