Empecemos dando uno de los datos más sorprendentes sobre los virus, y es que la información genética que contienen estos, es mayor a la que podemos encontrar en plantas, animales y bacterias juntos y además no es que los tengamos que buscar en lugares específicos o con características particulares ya que se han detectado, prácticamente, en cualquier tipo de ambiente. Entonces, ¿por qué siendo tan diversos y abundantes no estamos saturados de información sobre ellos? si además, son protagonistas de muchas enfermedades en plantas, animales y, por supuesto, en humanos.

Pues resulta que aunque se sabe de su existencia desde hace más de 100 años,  han tenido que desarrollarse diversas técnicas para su detección tales como la microscopía electrónica, el cultivo celular, los estudios de inoculación y la serología. Sin embargo, nos estamos dando cuenta de lo limitado de estas técnicas, ya que por ejemplo, en el caso del estudio de los virus mediante cultivos celulares, se necesita conocimiento previo sobre el tipo de células a las que estos pueden infectar, las condiciones específicas de cultivo, además de una gran habilidad y experiencia técnica; sin dejar de lado que sólo una pequeña proporción de los virus son cultivables.

Pero entonces ¿qué se ha hecho para explorar y descubrir esta otra parte de virus que no nos es posible obtener mediante cultivos celulares? En este sentido, algunas estrategias moleculares (PCR y microarreglos) pueden ayudar a la detección de variantes cercanas a virus conocidos e ir ampliando el repertorio, pero aún queda un terreno muy amplio que explorar.

En los últimos años hemos visto un gran avance en las estrategias de secuenciación de ácidos nucléicos que nos han permitido conocer y obtener la información genética de organismos completos. Ahora contamos con técnicas conocidas como secuenciación de nueva generación, en donde se incluyen tecnologías como las de 454 de Roche, las de Illumina, Ion Torrent o PacBio con las cuales es posible obtener de forma masiva, fragmentos de genomas previamente amplificados para su posterior ensamblaje y anotación mediante herramientas bioinformáticas.

Este tipo de tecnologías han desencadenado el desarrollo de métodos de aislamiento de ácidos nucléicos de organismos como las bacterias sin la necesidad de pasar por el cultivo de estas. De esta forma es posible obtener la información genética sin la necesidad de imitar las condiciones de donde estas son aisladas, dando como resultado el surgimiento de diversas áreas de estudio biológico conocido como “omicas” que incluyen el estudio de genomas- genómica, del transcriptoma-transcriptómica y del proteoma-proteómica, permitiéndonos obtener un panorama general del funcionamiento celular, es decir qué genes están presentes y cuáles de estos son expresados en ciertas condiciones.

Sin embargo, no nos hemos quedado en conocer que pasa solo en un organismo, sino que también estamos interesados en identificar todos los organismos que están presentes en un ambiente en particular, como pueden ser el aire, el mar, la tierra, las plantas, los animales, los humanos sanos o enfermos, los órganos del cuerpo, étc. A este tipo de estudio se le conoce como metagenómica, que es la obtención de todos los genomas presentes en un ambiente determinado.

Es así como podemos unir la metagenómica con nuestro interés por descubrir y conocer los virus que no habíamos podido detectar anteriormente. Conocer el Viroma es muy importante por distintas razones. Por una parte, podemos conocer la estructura poblacional de los virus en personas sanas y compararlas con la de personas enfermas, para determinar que virus son los agentes causales de dichas enfermedades, podemos también conocer de antemano, aquellos virus que participan en enfermedades emergentes. Finalmente, podemos aprovechar la diversidad genética de los virus para fines biotecnológicos, en este contexto, muchas de las herramientas utilizadas en biología molecular provienen de los virus. De esta forma, me parece que estamos en el momento justo después del toc toc donde empezamos a abrir la puerta para descubrir qué hay detrás de estos entes biológicos tan fascinantes conocidos como virus.