Emprender no es fácil y está claro que es para valientes, para quienes corren el riesgo de perder, quizás una y otra vez, hasta lograr su meta. Significa lanzarse a un mundo de críticas, de desafíos, de aventuras y caídas que te hacen ser fuerte, seguro de sí mismo y con ganas de atrapar el mundo.

Ser emprendedor te hace cambiar los hábitos y estilos de vida, inclusive hasta cambiar de amigos, también te exige tener pasión y disciplina. No solo es importante para una empresa, también lo es para una familia, amigos y personas que te rodean debido a que, tener un espíritu emprendedor, conlleva ser un líder y hacer que las demás personas te tomen como ejemplo para alcanzar sus sueños.

A lo largo de la historia, el hombre ha atravesado periodos de progreso y de cambios sociales. En consecuencia, el concepto de emprendimiento, si bien ha sido importante a través del tiempo, últimamente ha cobrado mayor relevancia. Por lo anterior, la idea de aumentar el número de emprendedores en la sociedad, resulta interesante. Y el estudio de este fenómeno se presenta como verdaderamente necesario. Actualmente, es común encontrar mecanismos de apoyo para la actividad emprendedora, en este contexto, surge la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las barreras del emprendimiento? 

En todo emprendimiento, pequeño o grande, fácil o difícil, existen obstáculos. Los obstáculos forman parte importante de nuestra cotidianidad y nos permiten mejorar día a día. Los obstáculos en nuestra vida, a pesar de que nos ofrecen resistencia y generalmente van en sentido opuesto a nuestra dirección de vuelo, son precisamente los que nos hacen fuertes, siempre y cuando no desistamos ante ellos, y más bien los aprovechemos al máximo; lograr el éxito, depende de ello.

Uno de los principales impedimentos que te impiden alcanzar el éxito, es el hecho de estar predispuesto a fracasar. Si bien, la predisposición no es más que un estado mental, posiblemente basado en prejuicios, altera tu forma de pensar y por tanto tu comportamiento, reacción y toma de decisiones con respecto a lo que quieres lograr. Lo ideal, es que estés predispuesto a triunfar, que desde el principio tengas como lema, lograr lo que te propones, alcanzar tus sueños, sin importar lo que ocurra, ni lo que hagan los demás.

El miedo a las críticas es un gran obstáculo que en ocasiones nos imponemos, pensamos que, si continuamos con nuestro camino, la gente se va a burlar de nosotros. Cuando, posiblemente, los demás están tan ocupados consigo mismo, que ni tiempo les queda para criticar. Además de que en el 95% de las ocasiones, lo que la gente nos brinda, no son burlas sino su apoyo.

En segundo lugar, tenemos las barreras relacionadas con el dinero, no hay mucho que decir, simplemente que para poder comenzar una empresa es necesario contar con recursos financieros y de nuestra capacidad de poder conseguir esos recursos, va a depender que podamos emprender.

Es muy importante que no veamos el dinero como el elemento fundamental para poder emprender. Es cierto que el dinero es importante, pero si lo ponemos en frente, vamos a terminar haciendo a un lado otros elementos clave de nuestro proyecto. Actualmente, existen diversas fuentes de financiación para la creación de empresas. Es importante conocerlas, evaluarlas y determinar cuál es la más conveniente según las características de nuestro proyecto. También es bueno aprovechar los beneficios que ofrece la tecnología. Comenzar un negocio aprovechando los beneficios de Internet y las TIC´s hace que la inversión inicial y los costos de mantenimientos sean menores.

En tercer lugar, tenemos aquellas barreras relacionadas con las características culturales del emprendedor y de su entorno. Estas están relacionadas con la actitud, la visión y los valores que se nos inculcan desde niños, pero lastimosamente estamos en una sociedad donde los paradigmas y temores abundan, entonces es común que las nuevas generaciones sean orientadas hacia la seguridad de un buen empleo. Además, esto conlleva a no poder consolidar un equipo de trabajo. La gente desea arrancar un proyecto, ganando de una vez dinero y no quieren asumir el riesgo sobre algo que no ha sido demostrado o que no tiene resultados inmediatos.

Este obstáculo está principalmente en tu cabeza. Para superarlo necesitas cambiar tu forma de pensar y tu actitud frente a la vida. Nadie más que tú es capaz de despertar el emprendedor que vive en ti. El emprendimiento es cuestión de actitud, de ver la vida de una manera diferente y de estar dispuestos a luchar incansablemente por lograr nuestros objetivos. Cuando comienzas a ver oportunidades donde otros ven problemas, cuando despiertas cada día entusiasmado por trabajar en tus proyectos, cuando sientes que eres capaz de lograr todo lo que te propongas, cuando estás dispuesto a intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo… es entonces cuando estás listo para dar el siguiente paso.

También es probable que, dependiendo de las características de tu proyecto, requieras aprender algo específico. Es importante que comiences por identificar qué conocimientos y habilidades te hacen falta para poder poner en marcha tu empresa. Tal vez una técnica, un procedimiento, etc.  Además los emprendedores deben desarrollar habilidades relacionadas con el liderazgo, trabajo en equipo, negociación, comunicación, etc. No son cosas que se aprenden en la escuela, incluso muchas de ellas deberás adquirirlas asumiendo riesgos y lanzándote hacía lo desconocido.

Cuando tomas la decisión de emprender, te das cuenta de que iniciaste una aventura donde vas enfrentar diferentes obstáculos. Solo de ti depende rendirte ante los obstáculos o enfrentarlos con determinación y perseverancia. Es cierto que algunos países brindan mayor apoyo que otros, pero quejarte por la situación de tu país no te llevará a ninguna parte. Recuerda que, si realmente quieres emprender, encontrarás la manera… si no, encontrarás la excusa. Una de las mejores experiencias de los emprendedores fue el arriesgarse a tomar la decisión más conveniente y perderle el miedo al fracaso.

Nota del editor: Este artículo forma parte de una investigación realizada en la materia Metodología de la investigación, asesorada por  M. en C. Josué Huerta Maldonado. De la Ingeniería en Innovación y Desarrollo Empresarial impartida en la Universidad Tecnológica de Querétaro.

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