Huelo el estimulante y dulce sabor a café, así que me siento cómodamente frente al jardín para hojear el periódico de novedades literarias. Leo que el automóvil es la extensión de los pies, el teléfono de los oídos, me pregunto entonces cuál sería el ejemplo análogo para el olfato, voy a pensarlo. Hago una pausa mientras me sirven el capuchino, ¡uhm,  delicioso aroma a macadamia!, y pensar que el café posee más de 800 compuestos químicos que contribuyen a su aroma y sabor característico.

Los humanos podemos  detectar hasta 12 millones de moléculas volátiles y discernir entre diferentes aromas. El olfato por ser un sentido químico tiene una capacidad concertada con el gusto que permite paladear nuestro platillo favorito, siempre y cuando no tengamos gripa ese día.

En mamíferos, el olfato permite llevar a cabo actividades indispensables de sobrevivencia como la alimentación o la reproducción para relacionarse con individuos de su misma especie; detectar alimento o depredadores a gran distancia como los roedores o reconocer a sus crías como las ratas y las ovejas. En el humano, así como en otros primates superiores, esta capacidad ha disminuido y se sugiere que se debe a procesos genéticos como la acumulación de pseudogenes (genes que no se expresan) asociados a presiones del medio ambiente.

corte sagital de cerebro de rata en tinción de violeta de cresilo. Corte observable con microscopio estereoscópico.

Corte sagital de cerebro de rata en tinción de violeta de cresilo. Observable con microscopio estereoscópico.

 

¿Cómo se lleva a cabo el proceso olfatorio?

Aspiro el aroma del capuchino enfrente de mí, así que imagino las moléculas volátiles del odorante pasando por los orificios nasales y asentándose en la capa gelatinosa de la mucosa olfatoria la cual reposa sobre la base de la nariz, en ésta yacen las neuronas receptoras olfatorias en cuyos ápices se encuentran los receptores olfatorios en donde se acoplan las moléculas odoríferas.

Los receptores olfatorios al captar las moléculas odoríferas transducen o modifican la señal química en eléctrica de una manera inteligible para el sistema nervioso, enviándola a diferentes células en el bulbo olfatorio en donde la señal se integra en una estructura denominada glomérulo olfatorio. Esta estructura en forma esferoidal conformada por las dendritas de las neuronas o prolongaciones de las células del bulbo olfatorio y circundadas por células que regulan la señal, interneuronas, es la unidad funcional del sistema olfatorio.

Al integrarse la señal en el bulbo por medio de los glomérulos, envía la información al bulbo contralateral y envía la señal a la corteza olfatoria y regiones subcorticales, estructuras en las cuales los aromas adquieren una connotación emotiva tales como el recuerdo de un aroma de la infancia o del ser amado.

El sistema olfatorio forma parte de una serie de estructuras conocidas como el rinéncéfalo o cerebro olfatorio, constituido por el hipocampo, una estructura en forma de caballito de mar cuya función se asocia a procesos de memoria y aprendizaje; el bulbo olfatorio o centro de integración olfatoria; la amígdala estructura asociada con conductas básicas como la rabia y el deseo sexual; y las cortezas olfatorias, piriforme y entorrinal en donde se  integra la señal olfatoria y en donde se detecta propiamente el “olor” de una sustancia volátil y adquiere significado para el individuo como la asociación del aroma de café con una sensación agradable o desagradable, dependiendo de la experiencia del individuo.

De la película The Notebook, donde la protagonista sufre Alzheimer

De la película The Notebook, donde la protagonista sufre Alzheimer

Es en este nivel superior donde se producen las alteraciones olfatorias observables en enfermedades neurodegenerativas tales como una menor capacidad olfatoria en etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer o el mal Parkinson, y de manera transitoria en la depresión o la esquizofrenia lo cual constituye un riesgo pues podría derivar en alguna enfermedad gastrointestinal o en intoxicación por gas.

El incremento de la población con enfermedades neurodegenerativas incapacitantes como el Alzheimer por envejecimiento de la población mundial y factores de riesgo como la diabetes o la contaminación nos orienta a la búsqueda de marcadores eficientes y menos costosos para su diagnóstico, por lo que la asociación de deficiencias olfatorias junto con pruebas mentales para evaluar la cognición en etapas previas a la manifestación más avanzada de la enfermedad, han puesto de manifiesto la importancia del sistema olfatorio como un sentido con el cual es posible realizar un diagnóstico temprano.

Todavía falta mucho por conocer acerca del sistema olfatorio, por lo que es indispensable investigar más sobre los procesos olfatorios que nos permiten comprender mejor por qué oler el maravilloso olor de la tierra mojada después de una lluvia o el de un delicioso café nos hace tan felices o darnos la oportunidad de un diagnóstico temprano.

Ah, por cierto, si tienen alguna pista de cuál podría ser la extensión del olfato les agradecería me lo hicieran saber a la siguiente dirección de correo: maricarmenfrias@gmail.com