En la cultura occidental, el Yoga está de moda, eso es indudable, prueba de ello es que algunas escuelas públicas lo han incorporado como una materia optativa y en Estados Unidos algunas escuelas ya lo imparten de manera obligatoria. Si bien tiene ideas y conceptos de fondo que más bien fomentan el pensamiento mágico,  a la ciencia médica le ha interesado los efectos que como práctica regular pueden tener sobre la salud.

El yoga está basado en ocho ramas de práctica, llamadas estados, estos incluyen posturas, respiración y meditación. La última meta de  esta práctica es el alcance de armonía en cuerpo, mente y espíritu en unión con Dios (de ahí el nombre, pues yoga deriva de la raíz sánscrita yuj que significa juntar). Ciertos estudios han intentado cuantificar los efectos psicológicos del yoga, encontrando reducciones en el consumo de oxígeno, en las respiraciones por minuto y el ritmo cardiaco después del ejercicio en personas que participan en una práctica regular de yoga.

Pequeños estudios han sugerido que el yoga puede ser efectivo para una variedad de condiciones muscoesqueléticas, pero todos los estudios a la fecha tienen limitaciones metodológicas que reducen su generalización. Sin embargo, las pruebas que se han llevado a cabo dan soporte al rol del yoga en la reducción del dolor y mejora de las funciones del cuerpo.

Personas con síndrome de túnel carpiano (que se manifiesta desde hormigueo hasta dolores, pérdida de sensibilidad e incapacidad para controlar los músculos de  la mano, causado por la comprensión del nervio mediano dentro del túnel carpiano) participaron en un programa de yoga de ocho semanas y tuvieron significantes mejoras en su dolor y fuerza de agarre.

yoga

Un estudio de 1994 midió los efectos en un curso de 10 semanas de yoga para síntomas de Osteoartritis en las manos, demostró mejoras significativas en la sensibilidad de los dedos en ambas manos, en el rango de movimiento de los dedos de la mano derecha, y en el dolor de manos durante la actividad física. Otro estudio, esta vez en el 2010, midió los efectos de 1 hora de clase, dos veces a la semana, más 1 hora de práctica individual en casa, todo durante ocho semanas, encontrando que el Yoga ayuda en cambios positivos y significativos en la salud física en general, en el balance y las funciones físicas.   

Otro estudio ha sugerido que el yoga representa  un ejercicio alternativo incluso para pacientes obesos con osteoartritis de las rodillas que no son deportistas regulares. Reducciones en dolor y mejora en las funciones físicas fue demostrado usando puntajes del índice WOMAC (Wester Ontario and McMaster) en un grupo que completó un programa de yoga de ocho semanas.

En general, la evidencia existente, aunque limitada, sugiere que programas de yoga que se llevan a cabo en pacientes con estas enfermedades son saludables y tienen beneficios a corto plazo, la eficacia y seguridad a largo plazo aún está indefinida. Por otro lado, los efectos del yoga comparados con otros tratamientos complementarios como tai-chi o terapias convencionales aún es desconocido, por lo que por lo pronto no podemos decir que uno pueda sustituir a otro. Aunque si hablamos de teoría, lamentablemente es el punto débil del yoga y otros tratamientos que precisamente les hace merecer el apellido de complementarios, al basarse en muchos aspectos en argumentos místicos no pueden ser tratados al mismo nivel epistemológico que la ciencia, por lo que en muchos casos es imposible estudiarlos con la misma profundidad que un tratamiento médico, pero bueno, eso ya será otro escrito.

Fuentes:

Haija A, Kolasinski S.L.(2013). Chapter 74. Complementary & Alternative Therapies. In Imboden J.B., Hellmann D.B., Stone J.H. (Eds), CURRENT Diagnosis & Treatment: Rheumatology, 3e. Retrieved May 30, 2016 fromhttp://accessmedicine.mhmedical.com/content.aspx?bookid=506&Sectionid=42584965.

Rouzi Shengelia, MD∗, Samantha J. Parker, AB∗, Mary Ballin, GNP-BC, CDE†, Teena George, MBBS∗, M. Carrington Reid, MD, PhD. Complementary Therapies for Osteoarthritis: Are They Effective?