¿Has observado que casi todo lo que nos rodea tiene un poco de metal? Y no estoy hablando del género musical, ese, no hace daño. En cambio, se utilizan distintos tipos de metales para la elaboración de casas, desde tuberías, aparatos electrónicos, utensilios de cocina e incluso en artículos de uso diario, como desodorantes, cremas y/o cosméticos; hasta instrumentos musicales. Los metales de mayor uso en la industria son el plomo, el cobre, el hierro, y el aluminio. Sin embargo, ciertos metales participan en el metabolismo de seres vivos, como lo es el potasio y el hierro, que igual podemos encontrarlos en los alimentos y son indispensables en el crecimiento de seres vivos.

No obstante, el uso excesivo de los metales supone un serio problema de salud para los ecosistemas acuáticos y por ende al conjunto de organismos que habitan en este, aunque, como bien se ha dicho, ciertos metales son esenciales para la vida, pero en concentraciones elevadas, pueden llegar a ser tóxicos.

Para darnos una idea de lo que es este problema en los ecosistemas marinos, se ha propuesto el estudio de los grandes depredadores marinos, los peces de pico, o Pez Vela, como son comúnmente llamados, debido a su espectacular aleta dorsal que abarca casi toda la longitud de su cuerpo.  Estos peces son de especial interés ya que se consideran especies dominantes dentro de la cadena trófica, pues se encuentran en el nivel superior de dicha cadena, a diferencia de los microorganismos como el plancton, que forman la base de esta red trófica.

El Pez vela puede alcanzar grandes tallas, es decir, puede medir hasta 3,4 metros de longitud, siendo es uno de los grandes depredadores carnívoros del mar, así como el atún, el dorado, y el marlín o pez espada. Estos grandes peces van acumulando una amplia diversidad de compuestos químicos a lo largo de su vida, por un proceso llamado bioacumulación, en el cual los peces se van alimentando de presas más pequeñas, por lo que van acumulando distintos tipos de contaminantes provenientes de su alimento, y a medida que el animal sea más longevo y de mayor talla, mayor concentración de contaminantes dispondrá en su cuerpo.

Es así, que a partir de la alimentación los peces van acumulando partículas de metales pesados en sus cuerpos. Dichas partículas son almacenadas principalmente en tejidos grasos, hígado y riñón. Por esta razón, se eligió el hígado como órgano indicador de contaminación por metales pesados, y es como en los laboratorios de biología se llevan a cabo pruebas bioquímicas para determinar el grado de contaminación en el pez. Al encontrarse un desequilibrio en su metabolismo se dice que el organismo está sometido a un estrés oxidativo por contaminantes externos que nosotros mismos generamos a causa de las industrias y el excesivo consumo en ellas. Lo mismo sucede en nuestro cuerpo, cuando consumimos alimentamos sucios, mal lavados o en descomposición, nuestro organismo reacciona, sucede un desequilibrio en nuestro cuerpo y tendemos a enfermarnos.

Finalmente, es recomendable tener conciencia de nuestro autoconsumo en el mercado y ser responsables de los residuos o desechos que de ahí generemos. Siendo también importante considerar, que el humano es el más grande depredador, nos alimentamos de los mismos pescados que nosotros mismos contaminamos, la bioacumulación de tóxicos en humanos también sucede. ¿Cuántos contaminantes nos comemos? – Los que generemos.